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Seminario sobre Terrorismo en Logroño organizado por FVT y Memorial

Seminario Sobre Terrorismo En Logroño Organizado Por FVT Y Memorial

El Centro Ibercaja de Logroño fue escenario el pasado 12 de noviembre de una nueva edición del Seminario Permanente interdisciplinario sobre Terrorismo, organizado por la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT) y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con la colaboración del Gobierno de La Rioja, Obra Social Ibercaja y Asociación Riojana de Víctimas del Terrorismo. Esta vez bajo el título “Análisis desde la perspectiva de: el impacto social, el movimiento asociativo, el posterrorismo de ETA y la instrumentalización de las víctimas.

Inauguraron la jornada, el presidente del Parlamento de La Rioja, Jesús María García García; la directora gerente de la FVT, Ana Torrente Martínez; el director del Memorial, Florencio Domínguez Iribarren, y el presidente de la Asociación Riojana de Víctimas del Terrorismo, Jerónimo López.

Intervino en primer lugar, el coronel de Infantería Luis Miguel Sordo Estella, con una ponencia sobre “Las Fuerzas Armadas españolas, un objetivo primordial de ETA”. En la misma explicó que un 12% de todas las víctimas de ETA son militares de los ejércitos de Tierra y Aire, así como de la Armada Española, resaltando que en el País Vasco y Navarra fueron asesinados 49 militares, casi la mitad de sus víctimas de las Fuerzas Armadas entre 1973 y 2008.

A continuación tomó la palabra Eduardo Mateo Santamaría, de la Fundación Fernando Buesa, quien abordó la contribución del movimiento asociativo y fundacional a la visibilidad de las víctimas del terrorismo. Mateo cifró en 37 el número de asociaciones y fundaciones en activo, de las 39 constituidas desde la creación en 1981 de la Hermandad de Familiares de Víctimas del Terrorismo, embrión de la actual Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). El responsable de Proyectos y Comunicación de la Fundación Buesa aseguró que España ha sido, junto al Reino Unido, “uno de los países europeos que ha sufrido especialmente la violencia terrorista”, llegando a sumar desde los años sesenta hasta la actualidad “más de 1200 víctimas mortales”. Por último, estructuró el movimiento asociativo en cuatro etapas: Una primera, entre 1980-1988, para la constitución de los primeros movimientos de víctimas. Una segunda, entre 1989-1998, en la que daba comienzo la movilización social. Una tercera, 1999 y 2005, en pleno Pacto de Estella y ofensiva terrorista, con mayor protagonismo y visibilidad para las asociaciones. Y una cuarta, entre 2006 y 2019, de total consolidación del movimiento asociativo.

La tercera sesión estuvo protagonizada por el ertzaina Teo Santos Diego, quien disertó sobre el aprendizaje en el posterrorismo de ETA. Santos recordó que todavía hay un porcentaje de población en el País Vasco y Navarra que justifica la existencia de ETA: “Uno de cada tres vascos dice que se puede justificar la violencia para alcanzar fines políticos”. El agente de la Policía vasca cifró en alrededor de 40.000 personas en el País Vasco, las que “ratifican” hoy su apoyo a la actividad criminal de la organización terrorista.

El seminario finalizó con una mesa redonda sobre “la instrumentalización de las víctimas del terrorismo desde el punto de vista periodístico”. En la misma participaron el periodista riojano Pablo García-Mancha y dos víctimas: José Miguel Chávarri Machain, hijo del jefe de la policía local de Beasáin (Guipúzcoa), asesinado en 1979, y Teresa García Flórez, hija del estanquero Carlos García, asesinado en 1980 en Éibar (Guipúzcoa). García-Mancha, autor de una extraordinaria serie de testimonios en el diario La Rioja, relató su experiencia con víctimas del terrorismo, confesando que, en su entorno más próximo, no eran “conscientes para nada de lo que significaba un atentado”.

José Miguel Chávarri se sigue emocionando cuarenta años después cuando cuenta cómo fue el asesinato de su padre en Beasáin. Al le pilló interno en un colegio y relata que tras pasar los “esos días” (los de funeral y duelo), llegó “la más absoluta soledad”, a la que había que añadir comentarios como que “algo habría hecho”. Teresa García Flórez, por segunda vez en su vida ante un auditorio, compartió emociones con Chávarri en su testimonio sobre el atentado contra su padre, al que habían amenazado previamente, e incluso habían atacado sus propiedades en varias ocasiones. Recordó aquel fatídico día en la que a ella le sorprendió la trágica muerte de su progenitor con una llamada en la que ya intuía la noticia. Dijo que ahí “empezó el calvario” en el que su madre “perdió la cabeza por el shock”.

 

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