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Participación en el XV Seminario Fernando Buesa

Participación En El XV Seminario Fernando Buesa

El director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez Iribarren, impartió la lección inaugural del XV Seminario Fernando Buesa, organizado por la fundación que lleva el nombre del líder socialista alavés asesinado junto a su escolta en 2000.  Este seminario abordaba en Vitoria el problema del “pensamiento sectario, la radicalización y la violencia”. A todo ello hizo referencia el responsable del Memorial partiendo de la idea de que la radicalización “es el camino a la violencia”, lo que ha producido una gran sensibilización en la Unión Europea hasta el extremo de que probablemente sea más fácil obtener recursos “para investigar la radicalización que para investigar enfermedades”. Florencio Dominguez aseguró que “todos los países europeos” tienen planes contra la radicalización y España “no es una excepción”, advirtiendo de  que para evitar los procesos de radicalización que alimentan el yihadismo “hay que hacer ahora lo que no se ha hecho antes con ETA”.

Por otro lado ha subrayado que los atentados yihadistas registrados en los últimos años en Europa, así como el retorno de terroristas desde países como Siria o Irak “justifican la preocupación” de los poderes públicos por los procesos de radicalización que pueden llevar al terrorismo. Tras proporcionar algunos datos sobre ello en España y Europa, Domínguez destacó que el tránsito hacia el terrorismo es un proceso personal de sujetos que se radicalizan y terminan en la violencia. Citó el caso del País Vasco, donde hubo procesos de radicalización “sin saberlo o sin hacerles demasiado caso”, vistos “con naturalidad”, como si formara “parte del paisaje”, y sin que hubiera “políticas públicas de prevención” hasta “fechas recientes”.

Por eso, el director del Memorial subrayó la importancia de la educación para “deslegitimar el terrorismo” y evitar que en el futuro vuelva a repetirse, porque todavía quedan “muestras del discurso del odio”. Como ejemplo de estas medidas educativas, citó el programa que lleva a las aulas de Euskadi el testimonio de las víctimas, una herramienta que considera “muy eficaz” para la deslegitimación del terrorismo. También anunció el trabajo, desde la fundación que dirige, en la redacción de guías didácticas que llevarán a los centros escolares la temática de la violencia terrorista.

Para Florencio Domínguez, la radicalización debe ser analizada desde tres perspectivas complementarias: “el individuo, el grupo terrorista y la parte de la sociedad que apoya al grupo terrorista”. En este sentido destaca el papel de la cuadrilla, “unidad social cerrada y exclusiva”, como elemento de socialización y de captación para el terrorismo, un proceso que, en el caso vasco, se realizaba “desde vínculos de amistad, relaciones familiares o relaciones de vecindad”.

Asimismo, Domínguez apunta hacia una “sociedad organizada paralela” al grupo terrorista como la causa de la supervivencia de ETA durante medio siglo. Frente a eso, las respuestas de los demás fueron durante los años ochenta  “ocasionales, no habituales, más bien simbólicas”, hasta los años noventa del siglo pasado.

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