Memorial y FVT organizan en El Escorial el curso “La amenaza yihadista 20 años después del 11-M”
La Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT) y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, han organizado por noveno año consecutivo, los días 15 y 16 de julio, en San Lorenzo de El Escorial, su tradicional curso de verano centrado en el terrorismo yihadista. La inauguración corrió a cargo de Carola García-Calvo, investigadora principal del Real Instituto Elcano y directora del curso, que abrió la jornada destacando la importancia de estas jornadas: “Es una cita ineludible y de referencia en materia de estudios de terrorismo y antiterrorismo en España”. Posteriormente tomó la palabra Juan Benito Valenciano, presidente de la FVT, reafirmando la relevancia del curso: “El contenido del curso tiene por objeto dar a conocer y analizar las características principales de la amenaza yihadista en la actualidad y contribuir a su prevención”. Por último, la subsecretaria del Interior, Susana Crisóstomo Sanz, enfatizó la importancia de estos encuentros para el intercambio de ideas y experiencias: “Los dos días que vamos a compartir en esta sala serán fructíferos y nos permitirán ampliar nuestro conocimiento sobre esta amenaza global”. Crisóstomo hizo hincapié en la importancia de las víctimas del terrorismo, no solo como testigos de los horrores de los atentados, sino como voces esenciales en la lucha contra la radicalización y el extremismo. “Las víctimas del terrorismo son referentes éticos que alzan su voz por encima del odio”.
La primera jornada comenzó con la conversación entre Carola García-Calvo y Fernando Reinares, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y experto en terrorismo yihadista. Reinares intervino por vía telemática desde Washington y comenzó su intervención subrayando la importancia de contextualizar los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid dentro de un marco histórico más amplio. Se remontó 20 años atrás para entender las condiciones que propiciaron esos atentados. Señaló que “este análisis es fundamental para comprender cómo los eventos previos influyeron en la situación de seguridad en España en ese momento”. Asimismo, Reinares subrayó la importancia de comprender el contexto global y nacional de los atentados del 11-M. Explicó cómo, tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, Al-Qaeda fortaleció sus operaciones en Irak y creó nuevas ramas en otros países, facilitando la radicalización y el reclutamiento en lugares como España. El catedrático de la URJC concluyó que la amenaza del terrorismo global, particularmente del yihadismo, sigue siendo una preocupación significativa para Europa y el mundo occidental. Tras la intervención de Reinares se dio paso a una mesa redonda entre periodistas moderada por Carlos Franganillo, de Informativos Telecinco. Anna Teixidor Colomer, autora de “Los silencios del 17-A”, y Óscar Beltrán de Otalora, de Vocento, debatieron sobre “Resiliencia social frente al terrorismo”. Anna Teixidor hizo un resumen completo de la situación de Ripoll, donde se creó la célula yihadista que cometió los atentados terroristas en Barcelona y Cambrils en 2017. Por su parte, Beltrán de Otálora abordó el impacto de los atentados de 2017 en la percepción y respuesta de la comunidad. Los atentados, cometidos por jóvenes que habían crecido y estudiado en Ripoll, sorprendieron a la comunidad y revelaron la profunda radicalización que había pasado desapercibida. La comunidad experimentó un choque emocional y social, y surgieron interrogantes sobre cómo estos jóvenes se habían radicalizado tan profundamente sin ser detectados. Los intervinientes destacaron la necesidad de entender la resiliencia social en el contexto del terrorismo, enfatizando la importancia de una comunidad integrada y vigilante. La experiencia de Cataluña y, específicamente, de Ripoll, sirve como un caso de estudio sobre cómo factores sociales y políticos pueden influir en la capacidad de una sociedad para enfrentar y superar amenazas terroristas.
La siguiente mesa redonda bajo el título “Cooperación Internacional para la prevención del extremismo violento y el terrorismo: el rol de las víctimas” reunió a Montserrat Torija, directora general de la Oficina de Apoyo a Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior; Francisco Coria Rico, jefe de la División Antiterrorista del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) y Laura Domínguez González, representante del Programa Mundial de apoyo a Víctimas del Terrorismo, de Naciones Unidas, con la abogada Carmen Ladrón de Guevara como moderadora. Montserrat Torija destacó los tres pilares de la atención a víctimas del terrorismo en España: legislación específica, institución específica de la Administración que atiende directamente a las víctimas y sociedad civil con gran desarrollo de asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo. Igualmente subrayó la evolución de la legislación de acuerdo con las necesidades, circunstancias y demandas de las propias víctimas, así como la existencia de una unidad de trabajadores sociales en la Dirección General de Apoyo a Víctimas del Ministerio del Interior, además de la atención psicológica, con gran colaboración entre la administración y la sociedad civil. Francisco Coria explicó que el CITCO y su división antiterrorista, que él dirige, nace durante los atentados del 11-M como el Centro Nacional Antiterrorista, órgano de coordinación de investigaciones, aclarando que no son “un centro de inteligencia operativo, sino estratégico”. Laura Domínguez definió la labor de Naciones Unidas de coordinación de “asegurarnos de que los estados miembros puedan salir del ámbito nacional y llegar a una esfera internacional en la que puedan hablar, compartir. El ámbito internacional es muy interesante pero también poco vinculante. Trabajamos para intentar mejorar estas cuestiones”. Su oficina de la ONU apareció en 2017 por iniciativa del actual secretario general de Naciones Unidas. Esta mesa redonda reveló un consenso claro: la lucha contra el terrorismo requiere más que medidas de seguridad; necesita un enfoque inclusivo que considere la educación, la cooperación internacional, y el apoyo continuo a las víctimas.
La última mesa redonda de la jornada “Conflictos internacionales y amenaza yihadista. Evolución de los escenarios” estuvo compuesta por Ana Ballesteros Peiró, investigadora senior asociada CIDOB; Ignacio Álvarez-Ossorio Alvariño, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Complutense de Madrid y Jesús Díaz Alcalde, coronel del Ejército de Tierra y Analista, con la periodista de TVE, Pilar Requena como moderadora. En este panel de expertos, los ponentes abordaron diversas facetas del terrorismo y sus impactos globales desde perspectivas académicas y militares. Ana Ballesteros analizó en profundidad el contexto geopolítico de los países afectados explicando cómo las dinámicas de poder y la influencia del islamismo radical han evolucionado en la región. Según Ballesteros, “el islamismo se ha convertido en una herramienta estratégica en lugar de una ideología puramente religiosa,” y señaló que la situación en Pakistán y Afganistán es un reflejo de cómo “la ideología instrumentalizada se expande más allá de sus raíces originales”. Ignacio Álvarez-Ossorio explicó el contexto de Oriente Medio, centrándose en el ataque de Hamas a Israel del 7 de octubre y sus consecuencias: “el 7 de octubre marcó un antes y un después en la región”, subrayando cómo el ataque de Hamas desencadenó una respuesta israelí de gran magnitud que ha resultado en “más de 38.500 muertos, de los cuales el 70% son civiles.” Explicó la compleja interacción entre las agendas nacionalistas y religiosas de los grupos involucrados, destacando que Hamas, a diferencia de otras organizaciones yihadistas, mezcla “nacionalismo con islamismo” en su estrategia. Por último, Jesús Díez Alcalde, coronel del Ejército de Tierra y exjefe de la Unidad de Análisis de Seguridad Nacional en el Departamento de Seguridad Nacional, ofreció un detallado análisis sobre el auge del terrorismo en África y sus implicaciones globales.
La segunda jornada comenzó con la conferencia “La amenaza yihadista en los contextos europeos y español en la actualidad”, por el general de División de la Guardia Civil, Manuel Navarrete, director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) del Ministerio del Interior. Navarrete relato que el CITCO realiza evaluaciones semanales de la amenaza terrorista: “En el nivel 4 actual en que se encuentra España se hace una evaluación semanal. Se hace una propuesta global. Se analizan muchos factores y se adoptan medida sobre la base de cada situación”. Según el general de la Guardia Civil este año se han practicado 46 detenciones en el ámbito antiterrorista, en 27 operaciones, en su mayor parte en Madrid, Cataluña y Andalucía, con “un incremento de actuaciones terroristas en el ámbito de internet”. Asimismo., destacó un mayor número de mujeres y de menores en fase de radicalización: “El aumento de menores de los que hay indicios de que están siendo captados y radicalizados es un fenómeno que se está dando en toda Europa” advirtió Navarrete, que destacó la utilización de juegos en internet “con contenidos como eliminar a judíos en una sinagoga y la mayoría de los juegos tienen capacidad para comunicarse, algunos son abiertos y otros en comunidad, y estudiamos quien está atrayéndoles de esta forma”, añadió. A la ponencia de Navarrete siguieron dos mesas redondas: “La amenaza delos actores solitarios: análisis de los casos de Cornellá, Torre Pacheco y Algeciras”, con participación de Manuel Rodríguez García-Risco, jefe de la Unidad Central de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía; Francisco José Vázquez, Jefe de la Unidad de Contra terrorismo Internacional de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, y Lluis Paradell, Jefe de la Unidad Central de Análisis del Servicio de Inteligencia y Antiterrorismo de los Mossos d´Esquadra. Y una segunda mesa, moderada por Carola García-Calvo, de “Nuevas tendencias en la amenaza yihadista”, con participación de Álvaro Vicente, investigador del Real Instituto Elcano; Carola García-Calvo, investigadora principal del Real Instituto Elcano; Manuel R. Torres Soriano, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide, y Rut Bermejo, profesora titular de la Universidad Rey Juan Carlos.
En la sesión de tarde, el protagonismo fue para las víctimas del terrorismo con la mesa redonda “La aportación de las víctimas del terrorismo”, conducida por María Jiménez Ramos, periodista y profesora de la Universidad de Navarra. Presentó los testimonios de tres víctimas del terrorismo en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Una mesa que buscaba también honrar la memoria y las acciones de los afectados, recordando la importancia de contar sus historias. Alejandro Benito Samaniego, cuyo hermano Rodolfo fue asesinado en el tren de Santa Eugenia, compartió un emotivo testimonio sobre la pérdida de su hermano Rodolfo en aquellos atentados. Recordó con gran detalle los momentos previos al ataque, describiendo cómo era la rutina diaria de Rodolfo y como su pérdida le cambió para siempre. En su memoria y para perpetuar sus valores, la familia creó la Fundación Rodolfo Benito Samaniego. Una institución que promueve la tolerancia, la convivencia y el respeto a los derechos humanos a través de diversas iniciativas.
Sandra Lezcano, herida en atentado en el 11-M, compartió su experiencia de aquel con profunda emoción. Al recordar el momento del ataque, Sandra describió cómo, en el tren, el sonido de las puertas cerrándose y el estallido de la bomba la atraparon en una pesadilla indescriptible. Sentada en la segunda planta del tren, se sintió atrapada y sin salida, sumergida en la oscuridad y el caos que siguió al atentado. En medio de ese terror, su mente la trasladó a su tierra natal, Ecuador, buscando un consuelo en una canción familiar, mientras su única preocupación era proteger a su pequeña hija, Tatiana, que en ese momento tenía solo un año. A pesar del dolor y el miedo, Sandra encontró la fuerza para seguir adelante a través del amor por su hija y el deseo de entender lo que había ocurrido. Su experiencia en el hospital fue confusa, y el encuentro con una enfermera que le ofreció un vaso de agua de vida le dio un pequeño respiro en medio de la tragedia.
Vera de Benito sufrió el asesinato de su padre, Esteban, cuando tenía 10 años. Vera d rememoró cómo tuvo que enfrentar la dura realidad de que su padre no iba a volver, algo que fue explicado de manera muy simplificada, mencionando que “alguien malo” se lo había llevado. A medida que crecía, Vera sintió la necesidad de buscar respuestas y profundizar en los hechos del atentado, una búsqueda que le llevó a memorizar la lista de víctimas y a explorar detalles dolorosos de la tragedia. A pesar del impacto inicial del atentado, el tiempo le permitió entender mejor el dolor y desarrollar un enfoque más constructivo hacia el recuerdo de su padre. Vera destacó la necesidad de proporcionar a los niños afectados por tragedias información que les permita procesar sus emociones de manera saludable, así como el valor de mantener vivos los recuerdos de las víctimas de una manera que no fomente el odio. Resaltó que, a pesar de las dificultades, ha aprendido a recordar a su padre con amor y a transmitir ese recuerdo a las nuevas generaciones, enfocándose en valores de paz y convivencia.
El curso fue clausurado por la directora general de la Oficina de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Montserrat Torija, acompañada de Carola García-Calvo, la directora Gerente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Isabel Moya, y el director del Centro Memorial de la Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez.