JORNADA “HISTORIA Y MEMORIA DEL TERRORISMO” EN LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
La Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra ha sido escenario de la jornada “Historia y Memoria del Terrorismo en Navarra”, organizada por la Fundación Víctimas del Terrorismo, el Centro Memorial, la Universidad de Navarra y la Fundación Tomás Caballero. Esta última reabría la exposición “40 días rojos. Asesinatos de ETA en Navarra”, comisariada por el profesor Javier Marrodán. La muestra reúne una selección de fotografías y textos que reflejan el dolor y el daño que causó el terrorismo abertzale en la Comunidad Foral, en especial en las cuarenta víctimas mortales que dejó, cuarenta fechas marcadas en rojo en el calendario. Las fotografías están organizadas en diez paneles cronológicos con textos que comienzan con uno para la reflexión:
“No basta con estremecerse ante el cadáver apenas oculto por una manta o ante el gesto inconsolable de una viuda; es preciso que todos nos preguntemos a continuación dónde estábamos entonces, qué hacíamos, cuánto tiempo tardamos en descubrir que aquel crimen y aquel dolor también formaban parte de nuestras vidas. Todos estamos retratados en estas escenas, aunque sea por omisión”.
Tras la apertura de la exposición tuvo lugar una jornada sobre periodismo en los “años de plomo”, conducida por Raúl López Romo, responsable del Área de Educación y Exposición del Centro Memorial. En la misma participaron: Fidel Raso, reportero gráfico y periodista; Juan Ignacio Fernández, redactor jefe de Fotografía del diario El Correo, y José Luis Larrión, antiguo fotógrafo de varios periódicos. El objetivo de la jornada, ante estudiantes de la Facultad de Comunicación, era recordar la labor de los reporteros gráficos de la prensa vasca y navarra que cubrían noticias sobre terrorismo. Profesionales que siempre estuvieron en primera línea, y con un click en el momento y el lugar contaban lo que otros narraban con muchas palabras. Como bien recordó Raúl López Romo son profesionales que han estado “en vanguardia”, ya que las informaciones gráficas procedentes del País Vasco o Navarra han sido en demasiadas ocasiones “las aperturas de las primeras de los diarios más importantes de España”.
Fidel Raso recordó que en las fotos que mostraba, de atentados con víctimas mortales, portadas con imágenes suyas, escenas de tensión, pintadas, “la realidad es siempre mucho peor”. Reivindicó el recuerdo nítido de los años del terrorismo defendiendo su memoria, que siempre le impulsa a participar en actividades similares para evitar que traten de borrar la memoria de las generaciones que no han conocido el terrorismo. José Luis Larrión reconoció que abandonó el fotoperiodismo cuando llegó a la conclusión de que “te insensibilizas con el suceso”. Y finalmente Juan Ignacio Fernández, tras mostrar imágenes de diferentes autores y medios, sobre atentados terroristas y manifestaciones de los años setenta, concluyó con la necesidad de recordar un pasado sobre el que “se han depositado con cierta facilidad capas de olvido” y que parece diluirse.
