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Curso “De Hipercor a Ermua” en la UIMP de Santander

Curso “De Hipercor A Ermua” En La UIMP De Santander

CURSO “DE HIPERCOR A ERMUA. EL TERRORISMO DE ETA Y SUS VÍCTIMAS” (5 a 7 de julio)

 

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander fue escenario los días 5, 6 y 7 de julio del curso de verano “De Hipercor a Ermua. El terrorismo de ETA y sus víctimas”, organizado y patrocinado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y la Fundación Víctimas del Terrorismo. El curso hacía referencia a dos aniversarios redondos de atentados de ETA que tuvieron como respuesta grandes movilizaciones ciudadanas e institucionales. Por un lado, el 30 aniversario del atentado en el centro comercial Hipercor de Barcelona, donde la banda terrorista asesinó a 21 personas. Por otro, se cumplen 20 años del secuestro y asesinato del concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco, símbolo de la gran respuesta ciudadana en toda España a las acciones criminales de ETA.

La inauguración corrió a cargo de la alcaldesa de Santander, Gema Igual, junto al rector de la UIMP, César Nombela; el director del Memorial de Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, y la directora-gerente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Montserrat Torija. El director del Memorial aseguró que “hay consecuencias del terrorismo que nunca desaparecerán y tenemos que tenerlas presentes”, apostando por “llegar a los jóvenes”, una generación que no ha tenido una vivencia directa de esta violencia, para darles a conocer la “amenaza” que supuso para los derechos humanos en España y para que “saquen lecciones” de futuro. Asimismo, Florencio Domínguez reivindicó el “valor de la memoria” como la “garantía última” de que la sociedad española no va a olvidar “nunca a las víctimas del fanatismo” terrorista, apostando por salvaguardar su “significado político” como defensa frente al objetivo terrorista de imponer un proyecto “totalitario y excluyente”.

 Jornada día 5

El primer ponente en intervenir fue el filósofo y escritor Fernando Savater, quien disertó sobre “post-terrorismo y post-verdad”. Savater rechazó la idea de que la violencia de ETA había sido inútil porque, según él, “el terrorista emplea el terror para domesticar al ciudadano” y eso tiene su efecto en “la situación de mayorías y minorías en el País Vasco”. El que fuera catedrático de Ética en la Universidad Complutense insistió en que los herederos de Batasuna no deben condenar “la violencia”, sino que deben condenar a ETA como “organización contraria a la democracia”, que, en su opinión, “iba buscando la destrucción” de la misma. Para el escritor donostiarra la post-verdad consiste en “presentar a una banda terrorista cuya intención era buena frente a los que maltrataban e invadían el País Vasco”, para continuar añadiendo que este tipo de discursos lo que busca es convertir la violencia etarra “en una de las violencias que había”.

Posteriormente intervino el director del Centro Memorial, Florencio Domínguez, con la conferencia “Las estrategias del terrorismo de ETA en los 80 y 90”. Domínguez remarcó que ETA se fortaleció en 1977 por un “reclutamiento masivo” de militantes, la fusión entre las facciones bereziak y milis, y la disponibilidad de un “santuario” en el sur de Francia, llegando a organizar un comando nuevo “cada 11 días”. Según el periodista navarro, a partir de 1985 y hasta el final de la década, el número de atentados descendió un 51% con respecto al periodo 1978-1984. Es en 1985 cuando la banda decide atentar en Madrid y Barcelona, porque tiene “repercusión mediática y política” con víctimas por encima de “los efectos e impactos habituales”. Además, la banda comienza a poner de manera habitual coches-bomba, únicamente utilizados en tres ocasiones entre 1978 y 1984, frente a los 6 registrados en 1985. El director del Memorial destacó como hito histórico la caída de la cúpula etarra en Bidart cuyos “efectos operativos y psicológicos” fueron “demoledores”, hasta el extremo de romper la idea de que ETA era “invencible” por la vía policial. También subrayó la importancia que tuvo “la socialización del sufrimiento”, concepto acuñado por un dirigente de Herri Batasuna en 1993, y el terrorismo callejero, que pasó de 552 atentados en 1992 a  1970 en el año 1997.

En la tarde del día 5, en una mesa redonda con víctimas de ETA en Cataluña y Zaragoza, éstas se felicitaron por la mayor “sensibilización” con ellas frente a la “desidia y dejadez” institucional del pasado. En esos términos se pronunciaron José Vargas Rincón, víctima del atentado de Hipercor en Barcelona en 1987 y presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas; Santos Santamaría, padre del mosso d´Esquadra Santos Santamaría asesinado en el atentado en el hotel Montecarlo de la localidad gerundense de Roses, y el guardia civil Pascual Grasa, víctima del atentado contra la casa cuartel de Zaragoza de 1987.

Como colofón de la jornada, la directora general de Apoyo a Victimas del Terrorismo, Sonia Ramos; la alcaldesa de Santander, Gema Igual; el director del Centro Memorial, Florencio Domínguez y la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, María del Mar Blanco inauguraron en el Espacio Joven de Santander un exposición fotográfica. La muestra recordaba los atentados de Hipercor y La Albericia, en 1987 y 1992, en Barcelona y Santander, así como el asesinato de Miguel Ángel Blanco, con 27 fotografías cedidas por la Agencia EFE, El Diario Montañés, El Correo, y el reportero gráfico Fidel Raso (Diario 16).

 Jornada día 6

En la segunda jornada, el día 6, intervinieron el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid, Eduardo González Calleja, y el alcalde de la localidad vizcaína de Ermua, Carlos Totorika. González Calleja repasó pormenorizadamente en orden cronológico la acción de diferentes grupos y fenómenos terroristas en las democracias occidentales. El regidor ermuarra desde 1991, por su parte, describió el ambiente que se vivía en 1997 en el País Vasco y el impacto que tuvo el asesinato del joven concejal del PP en las movilizaciones y en la percepción social del terrorismo. Tras reconocer una mejora de la convivencia en el País Vasco con el cese de la violencia, el alcalde del PSE-EE apuntó que todavía hay “asuntos por resolver”, al tiempo que reprochó a HB que no haya pedido perdón a las víctimas y que no critique la violencia de ETA. “La convivencia exige respeto a las ideas de los demás y, por lo tanto, no es admisible que no se critique ese pasado violento que tuvo ETA, con la colaboración de HB durante tanto tiempo”, afirmó Totorika, recordando el secuestro y asesinato del Miguel Ángel Blanco como unos momentos “absolutamente dramáticos”.

La segunda mesa redonda, con el título de “Tres perspectivas sobre el terrorismo” y moderada por Manuel Ventero de RTVE, reunió a Cristina Cuesta, directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco; Philippe Labbé, de la Embajada de Francia en España, y Santiago González, periodista. Cuesta recordó que “como víctima” siempre defendió “los principios fundamentales de Memoria, Justicia, Dignidad y Verdad”. Suya fue una detallada exposición de las reacciones surgidas contra el terrorismo desde el pacifismo y asociaciones de víctimas revelando detalles desconocidos como que tras el atentado de Zaragoza en 1987, un grupo de pacifistas fue a la capital aragonesa en dos coches “para pedir perdón como vascos”.

Labbé, por su parte, analizó los métodos de trabajo llevados a cabo en la lucha contra ETA, afirmando que “trabajamos siempre contra un aparato, no contra personas concretas”, mientras que Santiago González realizó un detallado recorrido histórico desde el atentado de Hipercor al secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco recordando que en Ermua “hubo un antes y un después para el nacionalismo” que posteriormente hizo para que “el después se pareciera al antes”.

Jornada día 7

La última jornada contó con la participación de la juez antiterrorista francesa Laurence Le Vert. La magistrada jubilada repasó los momentos más destacados de su carrera recordando que fue a partir de los años 90 cuando comienza la colaboración más estrecha con España. Le Vert confesó que inicialmente hubo muchos problemas para proceder a la extradición de terroristas por la existencia de “comités de apoyo” que lo impedían. La juez marcó 1987 como hito, porque en ese año comenzó la colaboración policial y judicial franco-española, acelerada por el asesinato en Madrid de la magistrada Carmen Tagle, en 1989. Para la magistrada de Neuilly, el final de ETA se precipitó con el asesinato en la localidad landesa de Capbreton en 2007, de dos guardias civiles por parte de Mikel Carrera Sarobe, Ata, considerado en 2010 el máximo dirigente de la banda y condenado a dos cadenas perpetuas en Francia por estos hechos. En relación al desarme de ETA, dudó del mismo asegurando que no estaba convencida de que la banda hubiera realizado “una entrega masiva de armas”, a los llamados “artesanos de la paz”, a quienes reprochó que contaran “cosas no creíbles” el pasado mes de abril en Bayona. “Todavía no se ha devuelto todo, sin olvidar que es material robado. No tienen ningún derecho a poner la mano sobre esos materiales, que tienen que ser devueltos o incautados directamente”, añadió Le Vert.

Cerró el capítulo de intervenciones el catedrático de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco, Francisco Llera, analizando el comportamiento de la sociedad vasca ante las víctimas del terrorismo. Llera dijo que los terroristas han construido “su verdad y post-verdad desde la mentira”. Aseguró que el terrorismo etarra ha sido derrotado, pero que “ha muerto el perro, pero no la rabia”, porque “el sustrato del odio” no ha desaparecido, poniendo como ejemplo el caso de Alsasua. El politólogo analizó la situación actual en el País Vasco donde, según él,  los terroristas “han pasado de ser héroes de la patria a víctimas, para equipararse a las del terrorismo”.

 

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