Saltear al contenido principal

El Memorial en el Congreso Internacional de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria, los días 8 y 9 de octubre

El Memorial En El Congreso Internacional De Las Víctimas Del Terrorismo En Vitoria, Los Días 8 Y 9 De Octubre

La Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre Víctimas del Terrorismo, celebrada los días 8 y 9 de octubre en Vitoria, incluía actos paralelos como una mesa redonda sobre “Los memoriales de víctimas del terrorismo: agentes educativos de cambio”, coorganizada por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de España y el Musée-mémorial du terrorismo de Francia.

En la misma han participado Kari Watkins, directora del Memorial y Museo Nacional de Oklahoma City; Clifford Chanin, director Memorial y Museo Nacional del 11 de Septiembre de Nueva York; Lena Fahre, directora del Centro 22 de julio de Oslo y Utoya; Henry Rousso y Elisabeth Pelsez, responsables del Museo-Memorial del Terrorismo en Francia y Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

Las intervenciones de la mesa, que estaba conducida por Raúl López Romo, responsable de Educación Exposiciones del Memorial, se realizaron en castellano, inglés y francés. Problemas técnicos redujeron la duración de las intervenciones, que se limitaron a exponer las características de cada centro y sus aportaciones al mundo educativo. Kari Watkins comenzó recordando el atentado de Oklahoma City del 18 de abril de 1995, que dejó 168 muertos, entre ellos diecinueve niños menores de seis años, y casi 700 heridos. Desde 1999, Watkins dirige uno de los lugares más visitados en los Estados Unidos. La directora del Memorial y Museo de Oklahoma City consideró que los atentados de 1995 “cambiaron la historia de América para siempre”. Fueron los atentados terroristas más grave en suelo norteamericano hasta 2001. Después de una serie de reuniones entre los afectados se hizo un Memorial “para conservar la memoria para el futuro”. Un árbol de 110 años, que sobrevivió a las bombas, se ha convertido en “símbolo de resiliencia y esperanza” de aquel “día de oscuridad”. Watkins explicó las iniciativas educativas y nuevos proyectos de este memorial que surgió también por la aportación de varios estudiantes alemanes con la convicción de que “sin este lugar esta historia hubiera quedado en el olvido”.

Clifford Chanin, del 9/11 Memorial and Museum, expuso las características del memorial y el museo que recuerdan los atentados yihadistas del 11 de septiembre e 2001 en Estados Unidos. El CEO del memorial neoyorkino explicó el proceso de regeneración urbanística del inmenso solar que quedó con las dos torres del World Trade Center derribadas tras el impacto de dos aviones comerciales contra las mismas. Los trabajos de limpieza de escombros-cuenta Chanin-tardaron 9 meses trabajando “las 24 horas del día, los siete días de la semana”, para liberar la zona de 1, 8 toneladas de escombros. La apertura del memorial y el museo ha supuesto más de 80 millones de visitas, que descendieron con la pandemia del Covid. Fijando su intervención en el plano educativo, Chanin aseguraba que “la educación es una parte importante para la conmemoración”. El director del 9/11 recordó que,  desde los atentado, han nacido 100 millones de norteamericanos, hoy con edades muy diversas, que han exigido un cambio en su trabajo: “hay que optimizar el impacto de los que hacemos”. Para llegar a los más jóvenes, cada año se produce una película de 30 minutos, con una temática diferente relacionada con los atentados del 11S. Esa película se proyecta en la fecha de cada aniversario en el auditorio del Museo 9/11, pero también en colegios de los Estados Unidos, con un chat en directo con niños que preguntan a las víctimas de los atentados queriendo saber la historia de cada persona con dos preguntas básicas: ¿estabas allí? ¿Cuál es tu historia? Los responsables del 9/11 consideran “esenciales” las historias en primera persona. Clifford Chanin dedicó una parte importante de su intervención al cuerpo de bomberos de Nueva York. Todos los años, las nuevas promociones de bomberos visitan el Memorial y Museo del 11-S para recordar la experiencia de los compañeros que murieron. El 11 de septiembre de 2001, alrededor de 300 bomberos fallecieron como consecuencia del desplome de las Torres Gemelas, pero desde entonces hasta hoy otros 270 bomberos han fallecido como consecuencia de la exposición o inhalación del polvo tóxico creado por los edificios derribados.

Florencio Dominguez disertó sobre el proyecto educativo del Memorial recordando la génesis del proyecto educativo “Memoria y Prevención del Terrorismo” iniciado en 2017 desde “tres carencias importantes”. La primera fue un estudio de la Oficina del Defensor del Pueblo que exhibía las notables carencias de los libros de texto en España totalmente “inadecuados” para la enseñanza del terrorismo por las escasas o nulas referencias al mismo. La segunda era la ausencia de las víctimas y de menciones al daño causado en una generación que no había tenido vivencias personales sobre el terrorismo. Y la tercera era, por diferentes encuestas, la existencia de un importante porcentaje de población juvenil que desconocía lo que era el terrorismo o que defendía el uso de la violencia para conseguir objetivos políticos. El resultado fueron 7 unidades didácticas para facilitar la enseñanza a los escolares. A esto hay que añadir la formación, desde el Memorial, de curso dirigidos al profesorado para llevar el terrorismo a las aulas en un proceso de concienciación del profesorado y de aportación de recursos pedagógicos. Estos últimos han sido incrementado en colaboración con la Fundación Fernando Buesa con vídeo-juegos, cómics con testimonios de víctimas y testimonios educativos de víctimas del terrorismo que han superado las 300.000 visualizaciones. Para un público joven más adulto, Domínguez contó que el Memorial ha participado en la organización de 35 cursos universitarios desde 2016 y de un reciente proyecto expositivo itinerante entre universidades sobre los 50 años del primer atentado indiscriminado de ETA en Madrid.

Lena Fahre, directora del 22.juli-senteret de Noruega, explicó que el memorial que ella dirige recuerda a las 77 personas asesinadas en Oslo y Utoya, en 2011, por el terrorista de extrema derecha Anders Behring Breiving en sus atentados contra el Gobierno noruego, población civil y miembros de la Liga de Jóvenes Trabajadores (AUF), organización juvenil del Partido Laborista de Noruega, que participaban en un campamento de verano en la isla de Utoya. Fue el atentado con más víctimas desde la II Guerra Mundial en el país nórdico. Lena Fahre explicó que el memorial noruego fue creado en 2015 desde lo que fue inicialmente en 2015, un centro de información temporal. Cuatro años después se integró en el Ministerio de Educación de Noruega, y para 2026 está prevista la inauguración de un Memorial y de un centro educativo. Fahre y su equipo trabajan desde el dato de que 1 de cada 4 noruegos conocían a alguien de los asesinados en 2011. A partir de ahí fijan una hoja de ruta para transmitir qué es el terrorismo desde una pregunta: ¿qué habéis oído del 22 de julio? Con el apoyo de un centro de investigación, una comisión parlamentaria sobre el extremismo y el asesoramiento de 10 órganos de derechos humanos, buscan las prácticas más efectivas como “voces jóvenes en la narrativa” que no tienen recuerdo propios pero cuentan con las aportaciones de testigos. Desde el 22.juli-senteret proponen, entre memoriales, “aprender los unos de los otros” de cara a los más jóvenes, porque “lo que es recuerdo para una generación es historia para la siguiente generación”.

La magistrada Elisabeth Pelsez y el historiador Henry Rousso forman parte de la comisión que ha impulsado el Musée-mémorial du terrorismo de Francia. La iniciativa del presidente Emmanuel Macron en 2018 es ahora un proyecto en un edificio de 1935, en Suresnes (a 14 kilómetros de París) que será memorial y museo en 2027. Un memorial, en palabras de Rousso, para “honrar y recordar a las víctimas del terrorismo en Francia o en el extranjero desde el atentado indiscriminado de París del 15 de septiembre de 1974 o el atentado del 3 de febrero de 1976 en Somalia”. Los dos miembros de la misión de prefiguración del memorial y museo “no han querido ir a un lugar con un atentado concreto”. Han elegido una joya de la arquitectura francesa catalogada como monumento histórico. Para el museo, parten de la idea para las nuevas generaciones de que “no podemos acordarnos de algo que no conocemos”. Por ello han diseño un espacio museístico con una parte histórica del terrorismo desde los años 1960s, otra parte que dé voz a las víctimas, y por último una contextualización social y política. Por último, Rousso y Pelsez expusieron las actividades pedagógicas desarrolladas desde 2022.

Por otro lado, los miembros de la mesa del Congreso de la ONU visitaron la sede del Memorial de Vitoria. La visita tenía como objetivo mostrarles la exposición permanente del Memorial y la celebración de una reunión para exponer el método de trabajo. Los cinco memoriales vienen manteniendo contactos regulares y han celebrado reuniones en París y Oslo. Los representantes de los memoriales francés y noruego, además, han viajado a Vitoria para mantener encuentros en los últimos años con el Centro Memorial español.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba