Presentación en Madrid de “Pardines. Cuando ETA empezó a matar”
El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, junto a la Fundación Transición Española y la Universidad Nacional a Distancia (UNED), han presentado en Madrid su primer libro en el 50 aniversario del asesinato de la primera víctima de ETA, el guardia civil José Antonio Pardines Arcay.
El acto tuvo lugar en la Casa Árabe de Madrid. En el mismo intervinieron Manuel González, por la Editorial Tecnos; Rafael Arias-Salgado Montalvo, por la Fundación Transición; Gaizka Fernández Soldevilla, coordinador editorial; Florencio Dominguez Iribarren, director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, y Juan Ignacio Zoido Álvarez, ministro del Interior.
El presidente de la Fundación Transición y exministro con UCD y PP, Rafael Arias-Salgado, quiso homenajear a la Transición democrática a la que consideró “en extremo generosa” desde su punto de partida: “una ley de amnistía que incluyó todo tipo de delitos, incluidos los de sangre”. Tras Arias-Salgado tomaron la palabra los dos coordinadores editoriales de “Pardines. Cuando ETA empezó a matar” y el ministro del Interior. El director del Centro Memorial comenzó su intervención recordando al guardia Pardines porque “ha sido la víctima más olvidada”. Posteriormente subrayó que los años de la Transición “con razón” han sido llamados “los años de plomo”, ya que “el 95% de los crímenes de ETA se han cometido en Democracia”. Florencio Domínguez explicó la necesidad y utilidad de la memoria, fundamentalmente “para recordar a las víctimas y también para deslegitimar al terrorismo, evitando que vuelva a repetirse”.
Gaizka Fernández Soldevilla, coordinador editorial del libro, comparó el tratamiento que históricamente han recibido la primera víctima de ETA y el primer etarra muerto, Txabi Echebarrieta: “éste es el primer libro que habla de Pardines. Hemos tardado 50 años en prestar atención a la víctima y no al asesino”. Fernández Soldevilla detalló algunas novedades descubiertas en este libro, que desmienten el histórico relato mitificador de ETA y su entorno, como la de la pistola que utilizaba el asesino de Pardines: “La leyenda abertzale habla de que la pistola de Echebarrieta era de un gudari de 1937, cuando se había hecho en Guernica en 1943”. Por último, intervino el ministro Zoido manifestando su compromiso con las víctimas del terrorismo a las que, según él, “debemos un relato serio”, razón suficiente para “mantener la política antiterrorista y la política penitenciaria”.