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Presentación en el Memorial del libro “Tres días de noviembre” de José Manuel Sánchez Riera

Presentación En El Memorial Del Libro “Tres Días De Noviembre” De José Manuel Sánchez Riera

El salón de actos del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo fue escenario el pasado 8 de abril de la presentación del libro “Tres días de noviembre. La historia del español que sobrevivió al infierno” del exmilitar, José Manuel Sánchez Riera. El director del Memorial, Florencio Domínguez, inició la presentación con una breve introducción en la que recalcó la importancia del testimonio de las víctimas del terrorismo para la memoria, “una de las herramientas educativas más potentes, para los jóvenes y para el conjunto de la sociedad”. Posteriormente, Domínguez inició una conversación el autor del libro en la que fue desgranado parte del contenido de su trabajo editorial estructurado en 19 capítulos

En el caso del testimonio de José Manuel Sánchez Riera tardó casi 14 años en hablar por primera vez de su caso, un desgarrador testimonio en primera persona de un exagente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que detalla el atentado o emboscada de Latifiya, (Irak), el 29 de noviembre de 2003, donde fueron asesinados sus siete compañeros. Desde entonces, Sánchez Riera no hay un día en el que no se pregunte por qué sobrevivió, ¿por qué de los ocho solo él?

El 30 de junio de 2017 habló por primera vez de ello, según Florencio Domínguez, en curso de verano sobre terrorismo yihadista que organizaban el Memorial y la Fundación Víctimas del Terrorismo. Sus primeras palabras fueron: “Es la primera vez que doy este testimonio en público, y perdonadme si no es muy emotivo, va a ser muy frío. El relato de los hechos es frío y todo lo que me quedó a mí del atentado es frío”. Dice Sánchez Riera que el libro tenía que titularse “Tres días de noviembre”, porque son los que estuvo en Irak: “Esos tres días dieron para truncar siete vidas y llevar otra por un camino extraño y a veces tortuoso; el camino que me ha llevado a donde me encuentro ahora”.

El 29 de noviembre de 2003, ocho miembros del CNI, pertenecientes a los equipos de Contrainteligencia y Seguridad que acompañan el despliegue militar español en Irak, se desplazan con sus vehículos desde Bagdad hacia sus bases en Diwaniya y Nayaf, en el suroeste del país. Son dos equipos que van a relevarse después de contactar previamente en otro país. No esperaban “un ataque directo”, sí sabían que tenían que tomar ciertas medidas en los desplazamientos “sin un riesgo específico”. En Latifiya, a unos treinta kilómetros de Bagdad, sufren un ataque de la insurgencia del que solo sobrevive una persona: él. Cuenta que, tras atravesar una población, oyeron “el motor de un vehículo que arrancaba con dos armas saliendo del lado derecho” y que comenzaron a disparar siendo alcanzados la mayoría de sus compañeros. José Manuel intentó huir, pero se vio en medio de un tumulto de agresiones, de las que se libró cuando apareció un hombre, más o menos de su edad. José Manuel supuso que sería algún jefe local: “caminaba de forma tranquila. Llevaba bigote y una túnica de color azul petróleo que nunca he podido olvidar”. Aquel hombre, al que todos miraban, y respetaban, se acercó hacia a él lentamente, mientras los demás le abrían paso, y delante de todos le dio un beso en la mejilla derecha, un símbolo de paz y respeto. “Fue como una aparición milagrosa”, asegura Sánchez Riera porque a partir de ahí comenzó su salvación y rescate. El resto de la historia está en las páginas del libro.

Y por encima de todo el recuerdo a los héroes de Irak que le acompañará siempre: Carlos Baró Ollero, José Antonio Bernal Gómez, José Lucas Egea, Alberto Martínez González, José Ramón Merino Olivera, José Carlos Rodríguez Pérez, Alfonso Vega Calvo y Luis Ignacio Zanón Tarazona. Un monumento en el acceso principal a la sede central del CNI les recuerda y nos recuerda a todos que dieron su vida por defender los intereses de España y de los españoles.

 

EL AUTOR

José Manuel Sánchez Riera (Madrid, 1966) Suboficial del Ejército de Tierra desde julio de 1987. En 1992 ingresó en el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), predecesor del actual Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Fue miembro del CNI durante veintidós años, hasta que en julio de 2014 pasó a retirado por las secuelas del ataque en Irak. Desde 2016 preside la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Comunidad Valenciana (AVTCV).

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